Ahora que la gente lo que busca es envejecer bien como objetivo, un tipo de dieta se ha vuelto tema central de la investigación médica y científica y esa es la dieta atlántica.
Esta tiene mucho parecido a la dieta mediterránea, pero esta introduce más cantidades de pescado y otros hábitos saludables para climas que son más fríos.
Aunque la dieta mediterránea ha sido conocida y estudiada como una de las mejores del mundo porque permite vivir muchos años protegiendo la salud cardiovascular, su problema principal es que se ha deformado y muchos creen que se han alimentado bien cuando en realidad no es así.
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5 hábitos para seguir la dieta atlántica
Aunque la dieta es importante, hay otros hábitos que hacen que los gallegos (mejor dicho, gallegas) sean las personas más longevas en España llegando a los 83.4 años y en mujeres a los 86 y entre estos hábitos están estos:
- Actividad física diaria:
Estas personas aún tienen una vida muy habitual y trabajan en huertos o con animales.
- Vida social:
Tener conversación con los vecinos o un ritmo de vida más pausado con menos dispositivos electrónicos y más colaboración en comunidad ayudan contra la soledad, que es disparador de la demencia senil.
- El frío es bueno:
Una exposición controlada al frío trae beneficios para el cuerpo y la mente y este reactiva funciones importantes que la vida urbana ha apagado y que son imprescindibles.
- Dormir más y menos estrés
Un estilo de vida sencillo y acorde a los ritmos de la naturaleza fomenta acostarse pronto y dormir más, lo que respeta los ritmos circadianos del cuerpo que se programa para dormir con la retirada de la luz solar y despertarse al amanecer.
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Productos habituales en la dieta atlántica
La dieta atlántica lleva pescados y mariscos, verduras y hortalizas, pero también lleva carbohidratos, lácteos, aceite de oliva y menos consumo de carne roja y contiene un alto nivel de pescado como fuente de Omega 3, protector para el cerebro contra enfermedades neurodegenerativas.
Ahora el alzheimer es una epidemia y este estilo de vida es fundamental para proteger el cerebro.