Luego de la jornada electoral de ayer, y tras la suspensión de su rueda de prensa mañanera el jueves y viernes pasado para respetar al menos la veda electoral, hoy regresará Andrés Manuel López Obrador a su púlpito presidencial, ese espacio que convirtió en la columna vertebral del Gobierno de la autollamada cuarta transformación.
Si como lo consigné aquí el jueves pasado, López Obrador desacató la obligación constitucional de no intervenir en la elección y fungió siempre como el jefe de la campaña de la candidata oficial, Claudia Sheinbaum, lo más probable es que hoy reaparezca en ese mismo papel, y no evaluando la jornada electoral como Presidente de todos los mexicanos.
Atribuirá el virtual triunfo de Sheinbaum como una aprobación popular al Gobierno de la 4T que encabeza, más que destacar la campaña realizada por la candidata morenista, a la que todos ven como su pupila e incondicional.
Por eso la pregunta es si el Presidente empezará a bajar paulatinamente el perfil de la mañanera para ir dejando espacio y hacer sentir que ahora sí Sheinbaum podrá hacer uso del bastón de mando que simbólicamente le entregó cuando ganó la carrera de lo que él mismo nombró como sus “corcholatas” en la contienda interna morenista.
Lo que considero prácticamente descartado es que pase lo que sucedió hace seis años, cuando el Presidente saliente, el priista Enrique Peña Nieto, desapareció de la escena pública al día siguiente de la elección en la que arrasó en junio de 2018 López Obrador, y le dejó toda la cancha. Así, en su calidad de Presidente electo, AMLO empezó a tomar decisiones públicas casi seis meses antes de asumir formalmente la Presidencia de la República.
Por eso será muy interesante, de confirmarse las tendencias que dan hasta ahora el triunfo a Sheinbaum en la elección presidencial, qué estrategia articula la primera mujer Presidenta electa en la historia de México, para no verse eclipsada por la rueda de prensa mañanera con la que López Obrador impone la agenda diaria.
Habrá que ver también las señales que mande López Obrador en el sentido de querer imponer o no una ruta a su discípula y sucesora, como muchos interpretaron pasó en febrero pasado cuando envió a la Cámara de Diputados un paquete de 20 reformas constitucionales, que pretende dejarle como herencia de lograr la mayoría calificada en esta o la próxima elección.
En la visibilidad que busque como Presidenta electa, en los posicionamientos que haga sobre la realidad del país, y con la selección de su gabinete, se podrá ir perfilando el grado de independencia con la que asumirá Sheinbaum la Presidencia de la República, tras el paso del Presidente más popular y poderoso de la historia reciente del país, y quien desde Tabasco podría caer en la tentación de querer seguir dando instrucciones